martes, 7 de abril de 2015

Leche de Alpiste


La leche de alpiste es uno de esos preparados milagrosos que nos brinda la naturaleza y que cada vez se está haciendo mas popular debido a sus magníficas propiedades. De él se dice que tiene un gran poder adelgazante por su alto contenido en Lipasa, una encima que se encarga de quemar la grasa corporal y además, ayuda a bajar el colesterol, a curar la cirrosis, a eliminar la retención de líquidos, la hipertensión, la diabetes, etc...
El alpiste es muy rico en proteínas de gran calidad. Unas seis cucharadas de alpiste contienen más proteína que dos kilos de carne y de más fácil asimilación.
Esta leche es muy fácil de preparar y aguanta varios días en la nevera.
Pero ojo!!! Se ha de elaborar con alpiste apto para humanos porque el destinado para pájaros contiene sustancias peligrosas para nuestra salud. Se puede encontrar en cualquier tienda de dietética, herboristería y también en la mayoría de graneros.
Se puede utilizar como cualquier otra leche. Para añadirla al café, en postres o simplemente sola, bien fresquita me recuerda a la horchata o a la leche merengada.
Lo ideal es tomar un vaso en ayunas y otro antes de acostarse. Hay mucha gente que ha logrado bajar el colesterol tomando esta leche sin necesidad de tomar ninguna pastilla y es mucho mas eficaz que el tan conocido batido comercial.
Por cierto, sugiero a quien tome medicamentos para el colesterol que se informe bien de sus efectos secundarios, muchos mas peligrosos de lo que a menudo nos cuentan. Con ello no quiero decir que se eliminen por nuestra cuenta si no que se informen bien y se consulte a alguien de confianza.

Ingredientes para un litro:

De 6 a 8 cucharadas de alpiste (según nos guste de concentrado)
1 litro de agua
1 cucharadita de canela (opcional, pero le da un toque y además incrementa sus propiedades)
Endulzante al gusto

Elaboración:

Se ponen las semillas en un colador fino y se lavan con abundante agua bajo el grifo para eliminar las sustancias tóxicas. Esto es muy importante.
Se colocan en un tarro cubiertas de agua potable y se dejan en remojo unas ocho horas o mejor toda la noche, en la nevera para que no fermenten.
Se trituran junto con la canela con muy poca agua para que las agarre mejor las cuchillas. Han de triturarse mucho para que suelten toda la parte interna del grano y después se le añade mas agua y se vuelve a triturar. Hasta completar el litro. Yo hago el doble para tener para varios días.
Se cuelan en un tamiz fino, yo utilizo un colador grande y una mano de mortero para ayudar a exprimir bien las semillas.


Así es como queda después de colarlas:

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